"la pequeña pantalla ya no existe"

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Instrospected. Parte II

En la anterior parte de este especial sobre las intros en las series hablábamos de Angus Wall, uno de los diseñadores de títulos más famoso de la industria. Y no solo del mundo de la televisión, si no también del cine, los títulos de créditos iniciales según en qué películas pueden jugar un papel igual de importante que en las series. Y claro, como son dos mundos cada vez más unidos, los encargados de los títulos también se pasean de un lado a otro.

Hoy hablaremos de Kyle Cooper, diseñador con casi 200 títulos a sus hombros y mucho más conocido por el mundo del cine. Películas tan dispares como Braveheart, Misión Imposible, Wild Wild West, Zoolander, todas las Spiderman de Raimi, Amanecer de los muertos, RocknRolla, Tron: Legacy , Tropic Thunder, El Árbol de la vida... incluso Crepúsculo: Amanecer y  Dragon Ball Evolution han contado con sus servicios.

Pero sin lugar a dudas la joya de la corona de Cooper es la secuencia inicial de Seven, marcó un antes y un después para los títulos de créditos en la última década. Además nuestro ya conocido Angus Wall, fue el encargado de su edición.




¿Esos sonidos perturbadores (un saludo NIN!) junto a imágenes inquietantes no os recuerdan a los de alguna serie en particular? Nunca me había fijado antes pero es American Horror Story puro. Y no es de extrañar, ya que Kyle Cooper también es el encargado de su creación.



Roza el autoplagio. pero la verdad es que funciona igualmente bien para presentar las locuras bizarras y mezclas de clichés a veces casi paródicos del género de terror en la serie de Ryan Murphy.
Pero nuestro colega Cooper no se queda aquí en su paseo por el mundo seriéfilo ya que también es el diseñador de los títulos de una de las series que más ha triunfado en estos últimos años. Por lo menos en cuanto a público.

 

Si, The Walking Dead esa serie de zombies que solo tenía un par de capítulos buenos en sus dos primeras temporadas y ahora parece que por fin parece que remonta el vuelo con la tercera. Cambio de intro incluido, aunque mantiene la misma musiquita de tensión (que en muchos capítulos pasados era la única  que podíamos encontrar). Os dejo con los que deberían haber sido los títulos de crédito de la segunda temporada, mucho más acorde con lo que vimos a lo largo de la trama de The Talking Farm y mucho más simpática. A lo mejor así, si la hubiera disfrutado más:

miércoles, 7 de noviembre de 2012

¡Introspected! Especial intros de series. Parte I

Carl Winslow
Las cosas han cambiado mucho desde aquellos tiempos que Will Smith cantaba su propia intro desde Bel air o que Carl Winslow y su familia sonreían con caras entrañables a la cámara mientras salía su nombre. Los opening o intros de la series se han convertido en pequeñas joyas, a veces incluso superando a la propia serie en sí.

Siempre se alaba a la serie en general, se hacen tops de las mejores o peores cabeceras, pero pocas veces se adentra uno al mundillo interno de quien crea esas pequeñas obras de arte, que a veces son la seña de identidad de la serie y en pocos segundos o minutos condensa todo el ambiente, diseño artístico y contexto para introducirte en el capítulo satisfactoriamente. Aquí vamos a ver como el mundillo televisivo también es un pañuelo y en muchos casos coinciden estos artistas en unas y otras series dejando claro que su calidad no era fruto de la casualidad.

En esta primera parte hablaremos de Angus Wall

Uno de los más alardeados y conocidos tras ser el creador de la intro de Juego de Tronos. Ese paseo por el mapa, presentándote la localización donde va a transcurrir la trama en cada episodio mientras van levantándose las estructuras en 3D con esa melodía que cuesta quitártela de la cabeza es uno de los trabajos más reconocidos por el gran público y una presentación perfecta para comenzar la historia.



Pero también, es el genio que se encuentra detrás de uno de las intros que más me han gustado por esa mezcla de  imágenes esotéricas, históricas y mal rollo en general que tan bien te presentaba esa genial y maltratada serie llamada Carnivale. De nuevo, una vez más la música encaja a la perfección y las imágenes te van transportando a esa extraña e inquietante atmósfera de la serie.



Pero tal y como nos martillearon el cerebro este verano, no hay dos sin tres. Y Angus Wall es el creador de una tercera pieza de gran calidad. La cabecera de Rome, otra más de la cadena de series por excelencia, HBO en colaboración con la británica BBC. Aquí nos introduce en los últimos días de la república romana mezclando imágenes del día a día con grafitis en las paredes que van cobrando vida. No se si es por la música, o el estilismo gráfico pero recuerda mucho a la de Carnivale, y eso es de todo menos malo.



Y hasta aquí la primera parte de este Introspected, está claro que Angus es uno de los grandes en este mundillo pero no el único. Volveremos para seguir descubriendo a estos creadores en la sombra y conectando series a través de sus títulos iniciales. ¿Con cuál os quedáis de estas?
Yo sin duda, con Cosas de Casa.

miércoles, 20 de abril de 2011

No quiero hablar de la guerra


La discutida teoría sobre la evolución de la especie afirmaba que el progreso es un lento periodo que puede tardar en desarrollarse centenares e incluso miles de años, dependiendo de ciertos factores y condiciones, algunas avanzan, otras se adaptan y las más débiles mueren. El ser humano, físicamente inferior pero mentalmente superior a la inmensa mayoría de habitantes del reino animal, progresa adecuadamente en ciertos aspectos tecnológicos mientras se estanca irremediablemente en algunos matices teóricamente simples para el avance de la vida.

Las exigencias del feroz mercado marcan las pautas del proceso. En la selva llamada Hollywood, el poderoso dominio que ejerce la industria de efectos especiales somete al resto de sus coetáneos obligándolos a subsistir a base de carroña, empujándolos al abismo de la extinción. El guionista por antonomasia, que reinó en tiempos mejores, se ve forzado a abdicar para perderse en la memoria del tiempo y espacio, ser un eslabón perdido. Cristopher Bertolini es el claro ejemplo del retroceso. Un ser de carácter recesivo al que se le concede la oportunidad dorada sin llegar a poseer la experiencia o cualidades necesarias para la dominancia. 

El guionista de Invasión a la tierra no conoce la palabra innovar y carece por completo de curiosidad narrativa, gestando una Involución programada parasitaria del género que tan hermosas criaturas ha dado. Reduciendo a cero la emoción existente a lo largo del metraje sin importarnos absolutamente nada de lo que ocurra con sus apáticos personajes. Repitiendo hasta la saciedad todo tipo de estereotipos vistos a partes iguales en filmes bélicos o poblados de invasores alienígenas. Y bien cierto es que en las guerras no abundan los ilustrados, pero el sargento atormentado por su pasado que vive a las puertas del retiro, el nuevo capitán sin agallas en el campo de batalla, la atrevida mujer soldado, el recluta patoso… forman un compendio de mediocridad al servicio del consumidor en dosis industriales que empacha con tan solo mirarla desde lejos. Acompañada de un aliño cuyo extraño gusto deja cierto sabor a espaldarazo bélico, condimentada con el discurso pertinente sobre la madre patria, repleta de barras y estrellas, alimenta a unos marines al borde de la trisomía del par 21 que se sienten capaces de luchar contra cualquier tipo de civilización hasta verla reducida a las cenizas.



Desesperanzador panorama que hiere de muerte a casi todos los recientes ataques recibidos por parte de nuestros vecinos interespaciales, alzando en la memoria obras realizadas con mayor cariño, recordándonos que a pesar del esfuerzo Aaron Eckhart no es Will Smith y ni que ninguno de sus modernos marcianos tienen las malas ideas de Mars Attacks. Por otro lado, el intento de rememorar obras como Black Hawk Derribado es mera casualidad y si entre los miembros del pelotón sobrado de bravuconería contamos con actores como Gino Anthony Pesi el carisma atesorado se evapora como el agua a 200 grados, ridiculizando cualquier tipo de comparación posible con anteriores batallones vistos en pantalla.

El apartado técnico si refleja con creces el paso del tiempo, es decir, casi todo está informatizado, ya que ¾ partes está formada por planos cortos rodados cámara al hombro por Jonathan Liebesman, cuyos familiares deben andar preocupados, ya que en vez de provocar emoción, el abuso del uso, produce mareo y la sensación de estar rodada por un enfermo de Parkinson. Animando al espectador medio para que la próxima se la descargue en casa, ya que estamos ante el claro ejemplo de - si has visto el tráiler, mejor no pagues por ver la película - . Me sobran bastantes dedos de la mano para contar las escenas merecedoras del recuerdo y es que siendo sincero, reconozco ser amante de las viejas costumbres, prefiriendo las trabajadas maquetas de Independence Day al realismo que aporta un videojuego bien hecho. Eso sí, las naves están curradas y el humo de las explosiones aéreas forman una bonita fotografía, pero a fin de cuentas eso ya lo vimos en el poster.

Otra estúpida película marciana made in USA a la que le sobran minutos por falta de ganas. Mayoritariamente aburrida, escasamente distraída, cuyo principal atractivo es… Bridget Moynahan…?. Si esto es un claro ejemplo de evolución de la especie espero con ansia el 2012, merecemos ser exterminados, pero no os preocupéis, los yanquis estarán de nuestro lado, ¿o quizás no?. Siento ser cruel pero más dura es la guerra.


Lo mejor: Los efectos “espaciales” y saber que por allí anda Aaron Eckhart

Lo peor: ¿Tópicos en el guión? No, lo siguiente


Nota: 3