"la pequeña pantalla ya no existe"

viernes, 18 de marzo de 2011

Mamá, de mayor quiero ser artista

Que difícil es catalogar, que delicada son las líneas que separan, que fácil es criticar desde la seguridad de las barreras y que amplia la paleta de colores como para acabar posicionándose en un triste gris. Hablar del arte, es, ha sido y será un tema escabroso, polémico, complicado. Por ello y por mucho más Exit Through the Gift Shop merece un visionado y re-visionado, ya que sin tapujos, este complejo falso-documental lleno de energía nos plantea de manera clara y concisa la siguiente pregunta: “¿Es el arte una gran tomadura de pelo?”

Remontándonos a lo que pudo ser el origen del fin del verdadero arte, Warholl, Andy para los amigos, conocedor del poder de los medios de comunicación y sabedor de que comiendo tanto carne como pescado la posibilidad de “abrir” puertas era mayor que la de trabajar de sol a sol todos los días, dijo: “En el futuro todos tendrán sus 15 minutos de fama”. Sin duda alguna uno de los mayores aciertos del artista, ya que probablemente se rió de si mismo y de todos aquellos que pagaban una millonada por las infantiles e infames obras del denominado Pop Art. Evidenciando el sistema del arte como una farsa, originando un debate que se remonta hasta la actualidad y que con el paso del tiempo va tomando fuerza. Un tema que Banksy y su séquito de colegas han sabido enmarcar dentro del contexto del reciente movimiento bautizado como Street Art, un nuevo mundo lleno de oportunistas, del que podemos sacar una reflexión abierta a múltiples lecturas sobre los límites entre el arte y el mercado.

¿Bank-que…? ¿Ese quién es…? Por mucho que le pese a ciertos sectores Banksy es el grafitero británico más conocido, un misterioso artista cuya identidad sigue siendo un secreto, pocos son los que han conseguido ver su rostro y muchos los falsos profetas que se cuelgan los galones del éxito. Todo un Batman nocturno que comenzó realizando plantillas o stencils en Bristol, urbe por la que todos apuestan como ciudad natal. El gran salto fuera del anonimato viene apoyado gracias a colocar falsas obras de arte a modo de parodia en importantes exposiciones, tardando en ser descubierto, como es el caso del Museo Británico que tras varios días se percataron que la piedra en la que aparecía un cazador Neandertal empujando un carrito de la compra no pertenecía a su colección. No fue menos sonado el boicot a la publicación del primer LP de la mega-estúpida-millonaria, Paris Hilton, donde se cambiaron ciertos textos y fotos del libreto del CD por los simpáticos Bitch, Slut y demás adjetivos descalificativos. Actualmente su obra se extiende en algunos de los rincones y lugares estratégicos de las ciudades más famosas, como el muro de Cisjordania, donde predomina la crítica al sistema y al establishment del que un numeroso grupo critica que ha pasado a formar parte. Entonces… Banksy, ¿ya no es Banksy?.

Banksy en la sombra

Como un segundo punto algo desenfocado cabría destacar la intención de reflejar los orígenes de las obras como amor al arte, no al Hype, al éxito. En pasadas entrevistas a otros medios afirmaba: “Cada vez que creo que he pintado algo ligeramente original, me doy cuenta de que Blek le Rat - el francés inventor del stencil - lo hizo mejor, solo que veinte años antes”. Y es que vivimos en tiempos mediocres, en los que sin admirar o apoyar a personas notables, o aspirar a la superación personal, jamas aprenderíamos nuevos oficios, técnicas. No existiría el progreso, el desarrollo, ni nada nuevo bajo el Sol. Ahora, pobre del aprendiz que no supere a su maestro y se vea inmerso en la repetición del cliché, estancándose en el incomodo obstáculo de la comparación, siendo engullido por la alargada sombra del que si fue genio y no un predicador en la montaña, dando voces para ser oído pero no escuchado.


Mr Brainwash
Y es aquí donde se nos presenta a Thierry Guetta, un esperpéntico francés cuya pasión es grabar todo de manera desenfrenada, sin ton, ni son. Repitiendo un proceso automático para el que cualquiera estaría cualificado. Merodeando en el límite de lo fenomenal, lo irreal y lo ficticio e incluso la que podría ser una de las mayores obras de arte de Banksy. Un quiero y no puedo de los tiempos modernos que por accidente se encuentra con el supuesto origen de dicho movimiento, convirtiéndose en el personaje principal e hilo conductor de la trama. Ironizando con la idea de que nunca le faltan moscas a una buena mierda. Un ser entrañable a la par que patético, como la gran mayoría de “estrellas” casposas que invaden la pequeña pantalla española, cuya única finalidad es el éxito por el éxito, la fama inmediata y el estrellato del payaso del que te ríes y no con el que te ríes. Mr Brainwash, el alter ego de Guetta, es un producto de usar y tirar, una metáfora del autodenominado artista, al que Banksy y su colectivo han dado forma y reniegan, burlándose de los esnobs vanguardistas que desembolsan miles de libras, dolares y euros por obras cuyos procesos creativos ni comprenden ni pretenden comprender, un plagio, un copy-paste que provocará la carcajada del espectador con algunos momentos memorables y la indignación de aquellos que puedan sentirse identificados.


Debate a favor o en contra de su figura, lo increíble del fenómeno Banksy no es su ascenso meteórico, ni las sumas que se pagan por su obra, sino por el hecho de que el mismo régimen al que satiriza le haya acogido con tanto entusiasmo, ver como el enemigo, si no podía… se unía a él. Polémica aparte y como parece que el mundo no va a cambiar, mientras todos alabamos al hipnosapo, ETGS es una interesante manera de acercarnos al submundo de undergrounds o “niños de papa” que pelean contran las coorporaciones por conquistar las calles hasta que finalmente se unen a ellas, una simpática manera de conocer a todo un grupo de nuevos héroes y villanos modernos que sin capa ni antifaz aportan un punto de originalidad y frescura bajo seudónimos como Blu, Space Invader, Obey, Mr. Brainwash y un largo etc… una coña marinera de proporciones mayúsculas que no dejará indiferente.


Parafraseando a Jonathan Swift: “Cuando en el mundo aparece un verdadero genio podemos reconocerlo por un claro signo: todos los mediocres se conjuran contra él”. Ahora cada uno sacará sus propias conclusiones y es que el arte es todo aquello que tu creas que es arte.

Recuérdenlo siempre 
Lo Mejor: Mr. Brainwash, su particular visión del mundo; Life Remote Control, que sigamos sin saber quien es Banksy, haberse colado en los Oscar y en los Globos de Oro. No saber a ciencia cierta que es verdad y que es mentira, en resumen, una coña marinera descomunal para aquellos que quieran verla.

Lo Peor: Los listillos, pedantes y narcisistas artistas que no saben encajar la broma y se lo toman como una ofensa ordinaria, aquellos que critican un trabajo cuando no tienen ni idea de lo que supone ponerse a hacerlo.

Nota: 9 con color a 10

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